martes, 24 de diciembre de 2013

"El fútbol es un deporte que inventaron los...

... ingleses y en el que siempre ganan los Alemanes" (Gary Lineker)

Aquí va un pequeño relato de como un deporte puede crear una tregua, un alto el fuego. Aquella noche el fútbol ganó a la guerra, en uno de los momentos donde el temor y el pánico invadían parte del mundo. El fútbol creó un alto en tierra de nadie, durante la 1º Guerra Mundial en pleno enfrentamiento de británicos y alemanes, aquel 24 de diciembre de 1914 cambiaron las armas por el balón.

"Al día siguiente la tregua proseguía y dio lugar al más sorprendente capítulo. Un soldado escocés apareció con un balón de fútbol, probablemente allí presente como medio de distracción y evasión de la difícil realidad, y rápidamente británicos y alemanes concertaron un partido haciendo de sus gorros porterías. El barro congelado otorgaba un suelo duro y propicio para el juego a pesar de que el balón a menudo se iba demasiado lejos, como aquellos partidos en los que de niños se nos iba la pelota fuera del recinto interrumpiendo momentáneamente el encuentro. Se cuenta que el partido se concibió con la mayor de las caballerosidades y que el rival tendía la mano al contrario cuando éste caía al suelo. El partido acabó cuando uno de los comandantes tuvo constancia del hecho y ordenó su conclusión. El resultado, cuentan, fue de 3-2 para los alemanes
Soldados en el enfrentamiento de fútbol de 1914

El teniente alemán Johannes Niemann relata así lo sucedido en una de sus cartas: “Un soldado escocés apareció cargando un balón de fútbol; y en unos cuantos minutos, ya teníamos juego. Los escoceses ‘hicieron’ su portería con unos sombreros raros, mientras nosotros hicimos lo mismo. No era nada sencillo jugar en un terreno congelado, pero eso no nos desmotivó. Mantuvimos con rigor las reglas del juego, a pesar de que el partido sólo duró una hora y no teníamos árbitro. Muchos pases fueron largos y el balón constantemente se iba lejos. Sin embargo, estos futbolistas amateurs a pesar de estar cansados, jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa cómo los escoceses jugaban con sus faldas, y sin tener nada debajo de ellas. Incluso les hacíamos una broma cada vez que una ventisca soplaba por el campo y revelaba sus partes ocultas a sus ‘enemigos de ayer’. Sin embargo, una hora después, cuando nuestro Oficial en Jefe se enteró de lo que estaba pasando, éste mandó a suspender el partido. Un poco después regresamos a nuestras trincheras y la fraternización terminó. El partido acabó con un marcador de tres goles a favor nuestro y dos en contra. Fritz marcó dos, y Tommy uno”. 


¡FELIZ NAVIDAD!

No hay comentarios:

Publicar un comentario